Long Covid-19 y la paciencia combativa.
Dice la RAE, en una de sus acepciones, que la condición de paciente la adquiere quien espera pero también quien tiene capacidad para tolerar la adversidad. La OMS le dio otro significado basándose en el latín que define paciente como aquella persona que tiene una enfermedad y por la cual recibe una atención médica. Lo cierto es que ambos significados se amalgaman porque una o un paciente (persona enferma) necesita ser paciente (persona con paciencia).
En términos generales desde pequeñas/os aprendemos a protestar y/o llorar para conseguir lo que deseamos o aprendemos a luchar por lograrlo
Covid-19 y la paciencia combativa.
¿Qué pasa cuando en vez de luchar hay que, simplemente, esperar? Al fin y al cabo, muchas cosas que merecen la pena requieren de la consabida paciencia. Eso es lo que nos enseñan. Incluso Gandhi dijo que «quien pierde la paciencia, pierde la batalla». Y al hablar de paciencia, no hablamos de una simple capacidad de espera acompañada de quejas y/o sufrimiento sino de una espera con una actitud buena sin expectativas que alteren el estado de paz.
Volviendo a la salud -o mejor dicho a la falta de ella-es muy habitual oír y leer cómo se le pide a alguien, que está en las manos de las/os profesionales de la salud que sea paciente. Y, a pesar de que el refrán popular habla de que «el/la que espera, desespera”. ¿Qué ocurre si eres una persona paciente? ¿También desesperas?
Las/os enfermas /os de Long Covid.
Para muchas/os la clave para no desesperar mientras esperas está en saber cuándo va a concluir la situación para la que se demanda esa paciencia.
Las/os enfermas/os de Long Covid no podemos permitirnos el estoicismo y alejarnos de la lucha.
Somos pacientes porque:
*tenemos una enfermedad sin embargo, no recibimos atención por ella. *tenemos paciencia aunque desconocemos cuándo concluirá esta situación. *tenemos expectativas (¡Cómo no tenerlas!) mientras «llega» la salud.
Long Covid-19 no es sino una viva representación de la paciencia combativa