top of page

Long Covid-19. Para Leire.

Actualizado: 3 ago 2022



Hace tres días desperté con tu mensaje, Leire.

Tengo que agradecerte que fueses la inspiración y el motivo de estas letras. Al sentirte reflejada en mis palabras por estar enferma, como yo, de Long Covid-19 volví a darme cuenta de cuántas personas maravillosas y cuántos momentos emotivos me obsequia esta condición de salud todos los días. Y, como siempre digo, las personas agradecidas son las más felices que no a la inversa.


Tengo que darte las gracias, Leire, por recordarme que no soy la «Wonder Woman» (ahora menos estilizada ja, ja) que parezco desde fuera y permitirme desmoronarme un rato en la soledad de mi habitación a pesar de esa fuerza y ese control desde el que – tú dices- que escribo. ¿Sabes? Tienes razón. Tengo esa fuerza. Y tú, también, la tienes. Sentir dolor es inevitable pero no resta coraje ni fortaleza sino más bien lo contrario: suma. Cada día vivido de una forma diferente a como lo hacíamos antes de que el SARS-CoV-2 decidiese instalarse en nuestras entrañas, es un logro.


Es fácil, para cualquier persona sin salud, olvidar que la vida es bella cuando no podemos disfrutarla como nos parece que lo hacíamos antes. Y quizás esa es la forma en la que nos hacemos daño por que, seguramente, con salud también nos hemos equivocado y hemos perdido instantes irrecuperables.


Long Covid-19. La vida es un regalo.


La vida siempre es un regalo incluso estando enfermas/os. Creo que lo sabes cuando miras a tu hijo igual que yo al mío y te dices a ti misma:»¡Cómo he podido vivir antes de estos 13(en tu caso), 14 (en el mío) años sin él!. ¿A qué te pasa, Leire?». A mí todos los días. Y agradezco levantarme, aún escacharrada, cada día para verle sonreír y para sonreír yo también.

Leo y escucho a muchas personas decir: "Ésta/e no soy yo, quiero volver a ser yo, quiero recuperar mi vida etc… ".

Me preguntaste, Leire, que cómo hacía para no deprimirme y tirar hacia adelante. Querías saberlo. Creo que el punto está en que yo he aceptado que sigo siendo yo. Enferma pero yo. Con limitaciones pero yo. Y no quiero recuperar la vida ‘de antes’ porque la vida sigue, no espera. Quiero vivir y hacerlo con la mejor salud posible. Sólo hay una forma de vivir :viviendo, no esperando. Intento volver poco hacia el 10 de marzo de 2020. Cuento desde el 11 de marzo de 2020, cuando empecé a enfermar de Covid-19 y, desde ahí, sigo hacia adelante. Hay días azabache y días arco iris. Los segundos compensan los primeros y, a veces, hay días con ambas tonalidades. Esos son para celebrarlos por todo lo alto. Como cada una/o quiera pero celebrarlos. La alegría es medicinal.



Long Covid-19. Familia y amigas/os.


Y la familia,las/os amigas/os.. Leire.

¡Cuántas veces oigo, escucho y leo… «es que mi familia no me comprende, se lo cuento a mis amigas/os y no lo entienden, es que mi mujer/marido no tiene paciencia conmigo…! Nos parece que, incluso, quien nos quiere y a quien queremos no está a la altura de nuestras circunstancias. ¿Quién le pide a la Vitamina C o a la Vitamina B, por ejemplo, que le comprenda? Nadie. Es un suplemento no es una/un psicoanalista. Y ¿qué son la familia y las/os amigas/os? Son vitaminas. Suplementos. Sólo deseo que me quieran, que me cuiden.(Y yo a ellas/os.) No les pido que comprendan ni entiendan la enfermedad sino que sigan contando conmigo para la próxima escapada aunque las tres anteriores les haya dicho «no puedo», que sigan pidiéndome ayuda aunque la ocasión anterior haya ido más lenta o más torpe….


En definitiva, que sigan eligiendo mi opinión y mi compañía porque para ellas/os sigo siendo yo y no otra. No ha cambiado lo qué sienten por mí. No ha cambiado su manera de verme ni de considerar mis habilidades y no sólo es lo que agradezco que me den sino que no tengo que pedírselo.

No quiero tiritas ni vendas, quiero risas de esas que dejan agujetas; minutos y/u horas (depende el día) de felicidad.


Long Covid-19. La verdad siempre se abre camino.


Por último, querida Leire, no te permitas a ti misma dudar de lo qué sientes y de cómo es tu estado de salud. Sabemos que la estulticia humana no tiene límites. ¿Sabes? Me da igual si alguien se cree o dice que cree(lo segundo es más rentable y por ahí van los tiros)que me/te invento/as que estoy/ás enferma.(¡Anda que hay lumbreras!). Tú sabes la verdad. ¿No es así? Yo la sé. No hay debate. La verdad siempre se abre camino.

Mi abrazo y mis letras hoy son para ti, Leire.

3 visualizaciones0 comentarios
bottom of page