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La licencia para escupir sobre las enfermas de Long Covid-19.



Las mujeres han tenido vetado el acceso al saber institucionalizado y a los derechos más fundamentales. Hubo mujeres de ciencia, por supuesto, pero algunas incluso murieron por causa de ese acceso al conocimiento.


El carácter masculino y clerical de la universidad dio legitimidad a su exclusión de todo el sistema de enseñanza, de la alfabetización, de las universidades etc. Y dicho carácter, perdura.


Las mujeres, en la actualidad, acceden a los más altos niveles educativos y tienen una elevada formación. Sin embargo, su presencia decrece a medida que se escala en la estructura de decisión y poder y se evidencia que quedan muy relegadas de los cargos académicos, a pesar de estar sobradamente preparadas y cualificadas.


La exclusiva mirada masculina al mundo de la ciencia ha reportado un caudal de prejuicios sexistas en la producción de conocimiento. Es imperativo reformar las instituciones y la propia ciencia impregnada de androcentrismo.


Hemos interiorizado, por ser habitual, cualquier prospecto médico donde la figura o el dibujo que representa a cualquier ser humano es el cuerpo de un hombre pero las mujeres y los hombres somos diferentes.

Los fármacos se testan en hombres y están ‘diseñados’ para curar hombres; hay escasos ensayos clínicos en mujeres teniendo en cuenta las enormes diferencias hormonales, metabólicas y anatómicas entre mujeres y hombres.


Las enfermas de Long Covid-19, y digo enfermas porque aunque hay enfermos también, somos las enfermas

lquienes nos hemos convertido en un recipiente perfecto para verter ofensas verbales algunas rayanas en el ilícito penal porque quienes las vierten son profesionales médicos.


Todo el mundo se cree con derecho a opinar y a juzgar sobre una enfermedad que dicen no conocer lo suficiente pero que no les impide insultar y humillar.

-O sea, no te curo pero tampoco te cuido. En su lugar te agredo, te lesiono y me burlo de ti.


Y así:

«Esto es nuevo. Todavía no sabemos nada» -aunque descorazonador-es lo más elegante y amable que escuchamos.



Para muestra, un botón:


«Necesitas bajar peso. Estás muy gorda así claro que te duele todo. Cierra más el buche y ya verás que todo se arregla».

«Necesitas irte por ahí de vacaciones y olvidarte de todo»

«No veas los telediarios ni leas nada sobre Covid-19».

«¿Para qué estás en una asociación? No hagas caso a las de la asociación. Te comen el coco y no tienes nada».

«Lo que tienes es ansiedad».

«Tienes depresión y todo está en tu cabeza».

«Las pruebas dan bien. Los análisis no indican nada. No pienses en ello y se te pasará porque si no sale nada es que no tienes nada».

«Tienes que hacer ejercicio. Cada día un poco más y ya verás cómo vuelves a lo de antes».

«¿Tienes marido? Pues lo que tienes que hacer es coger a tu marido y follar más. Así se te quita todo».

«Quién diga que sabe algo de esta enfermedad miente. Porque está por ver que sea una enfermedad.»

«Necesitas volver a trabajar y así estás ocupada».

«¿Tienes pareja? Pues lo que tienes que hacer es echarte un novio que te dé cariño.»

«Las mujeres somatizáis todo. Dais demasiadas vueltas a la cabeza».

«Será la menopausia. A las mujeres con la menopausia os sale de todo».

«Es la edad. (Hasta con 28 años).

«Enhorabuena. Has pasado de gorda a obesa.»

«¿Tienes sexo con regularidad? .Eso ayuda mucho»

«Arréglate, maquíllate y sal a la calle»

«Si tienes marido, no te preocupes. Me refiero a que entra un sueldo en casa. No te preocupes tanto por el futuro y el trabajo. Preocuparse es la raíz de todos los males».

«A ver para ti será mucho tiempo pero para la medicina, no. Así que paciencia porque esto va para largo».

«No hay una prueba universal para diagnosticar quien tiene Long Covid-19 o no así que… Los síntomas son los de muchas enfermedades, no hay nada para decir ‘esto’ y lo tenéis todas igual. Cualquiera puede decir que lo que tiene es de la Covid-19 y lo tenía de antes».

«Es que no puedes estar haciendo una vida tan sedentaria. Tienes que intentar moverte más. Sino apaga y vámonos».

«No es una enfermedad. ¿Sale en los libros? Pues entonces, no vale de nada».

«Esto es un síndrome que os ha quedado como a las de la fibromialgia y no hay solución. Aprender a vivir con el dolor».

«Pues te dolerá pero yo no veo nada».

«Tienes mucha gordura y encima dices que te cansas si haces ejercicio. Así ¿qué quieres? Te vas a poner redonda.».

«Bueno, ¿Qué solución quieres que yo te dé? ¿Qué buscas de mí? Yo no te puedo hacer nada.»

«Es que si crees que estás enferma al final lo vas a estar. Estar enferma no es tener restos de haberlo estado. Es como todos los virus. A unas/os se les va antes y a otras/os después. Hay que esperar».

«Las mujeres tenéis un plus. Es lo que hay. Os toca todo. Son las hormonas. Hay que no pensar en ello y como ha venido se irá.»

«Una mujer madura tiene de todo. Es parte de la psicología femenina».



Todo. Absolutamente todo son citas textuales.


Como mujer y enferma de Long Covid-19 reconozco haber soñado despierta que algunas/os de estas/os pájaras/os (que se creen médicas/os por estar doctoradas/os y empleadas/os) lleven un bozal real (no ese al que las/os negacionistas se refieren).




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